La mujer encendió la radio y se acodó en el balcón con la mirada perdida en algún punto lejano. Algo de Gershwin comenzó a sonar y enseguida el aire se fue llenando con una melodía dulzona y pegadiza.
Desde algún lugar de la noche llegó el rumor de una disputa entre amantes, el ruido de un portazo y un llanto de mujer. Al otro lado de la calle la sorprendió la voz de otra mujer que cantaba una canción de cuna.
De pronto, como si recordara algo, se miró la mano en la que brillaba un anillo nuevo, y sonrió…
Le costó reconocerse. De alguna manera extraña se sentía confundirse y prolongarse en las demás. De alguna manera extraña sabía que no eran tres mujeres, sino una sola con diferente rostro y diferente historia. Una sola mujer que atravesaba la noche, el aire y el jazz…
22 nov 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Contacto:
gershwinianas@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario